Cómo mantener bien el agua de tu piscina.

La piscina requiere unos cuidados durante su temporada de utilización y una preparación al final de la temporada, que facilite su puesta a punto cuando llega el buen tiempo.

Por eso es importante elegir un buen tratamiento en función del tamaño, los litros de agua que contiene, la instalación, la ubicación y el uso que le das a tu piscina.

¿Qué hacer cuando empieza la temporada?

Debemos realizar el tratamiento químico para el arranque de la piscina siguiendo cuatro pasos:

1. Regular el valor del PH: Medimos el valor del PH con un analizador. El valor óptimo debe estar comprendido entre el 7.2 y 7.6. Si está por debajo, echamos un elevador de PH y, si se encuentra por encima, utilizamos un reductor de PH.

 2. Desinfección del agua: Aplicamos un cloro de desinfección rápida, cuya función es la de destruir microorganismos (hongos, bacterias, gérmenes…). El nivel óptimo de cloro debe estar entre 0,5 mg/l y 1,5 mg/l así que, una vez aplicado, esperamos unas horas y analizamos nuevamente el agua con un analizador de PH y cloro libre para comprobar que los niveles son correctos.

El tratamiento mediante cloración salina, consiste en un proceso de electrólisis (descomposición de una sustancia mediante corriente eléctrica) que convierte la sal común(cloruro sódico) previamente añadida al agua, en un desinfectante activo (hipoclorito sódico). El proceso genera una fuente de cloro debido a la presencia de sal en el agua y actúa como un desinfectante muy potente, eliminando sustancias contaminantes del agua. Y es que, incorporando sal al agua y sometiéndola a un proceso de electrólisis, se forman iones de cloruro, muy eficaces para desinfectar. Es un sistema muy sencillo que, además, evita el tratamiento químico del agua de la piscina y los riesgos que este conlleva, evita los ojos rojos, la sequedad de la piel y el olor a cloro. Puedes prescindir del uso del cloro y otros productos, ya que mantiene la piscina en óptimas condiciones al ser tratada permanentemente, al mismo tiempo que el filtrado, incluso durante su ausencia. Otra de sus ventajas es que es válida para todo tipo de piscinas: privadas, públicas, centros spa, balnearios, etc..

3. Prevención de algas: La formación de algas provoca una coloración verde y hace que las superficies estén resbaladizas. Cuanto más tardes en eliminarlas, más complicado será hacerlas desaparecer, por lo que conviene que apliques un algicida como prevención. Así conseguirás que el agua sea transparente y evitarás los malos olores. Si en tu piscina ya se han formado algas, lo más probable es que no baste solo con aplicar el algicida, necesitarás añadir un aporte adicional de cloro.

4. Floculación: Existen partículas que enturbian el agua (algas, polvos, sales…) y son tan pequeñas que los filtros no pueden retenerlas. Para eliminarlos utiliza un floculante, producto que consigue aglutinarlas de forma que sean lo suficientemente grandes como para que puedan capturarlas los filtros. También provoca que estas partículas se depositen en el fondo de la piscina y así podrás eliminarlas con el limpiafondos, enviando ese agua al desagüe. Para que el efecto de floculación sea óptimo, no olvides que el PH debe encontrarse entre el 7.2 y el 7.6.